Fechas: 26 y 27 de julio de 2011.
La elección de Ginebra como punto de partida viene motivada ya que dispone de aeropuerto y es bastante fácil encontrar un vuelo directo y económico. Otras opciones en transporte público como el tren (debido a las dificultades que pone Renfe para viajar con la bicicleta a no ser en literas) o autobús (Alsa no permite transportar bicicletas en sus líneas internacionales salvo Marruecos) quedan descartadas.
Mi intención era salir sobre el 10 de julio, pero al no encontrar plaza en los albergues juveniles de Ginebra, tuve que posponer el viaje, saliendo finalmente el 26 (me vino muy bien ya que la meteorología en los Alpes no fue nada buena esos días y además el billete me salía más barato). El vuelo fue con EasyJet por 45 €, a lo que hay que añadir 30 € por la bicicleta (calificada como equipaje deportivo). La duración es de unas dos horas. Lo más incómodo de viajar en avión con la bicicleta es empaquetarla para el vuelo, aunque ya con alguna experiencia, no fue el mal trago de la primera vez.
La duda surgió con la hora de llegada al Ginebra. En la web del albergue dice que la recepción cierra a las 00:00 horas. Desde las 22: 45, hora de llegada al aeropuerto, tenía el tiempo más bien escaso para llegar al albergue. El avión llegó puntual, y después del momento de felicidad al ver salir por la cinta la caja de la bicicleta en perfecto estado, empezó la contrarreloj. Treinta minutos para desmontar el embalaje y montar la bici (el aeropuerto está muy cerca del centro y se puede llegar perfectamente pedaleando), y otros treinta para, a toda pastilla, llegar hasta el albergue. Lo conseguí, llegando justo a la hora, para darme cuenta de que no habría habido ningún problema llegando más tarde, ya que la recepción siguió abierta después de las doce. La situación más preocupante que se me planteaba es el fallo del freno trasero, que descubrí en el trayecto desde el aeropuerto, pero tenía todo un día para solucionarlo.
El día de descanso proyectado para conocer Ginebra (no me hubiera perdonado el comenzar el viaje sin haber aprovechado la oportunidad) me vino de perlas para solucionar la avería. Lo primero, después de levantarme, fue buscar la tienda de bicis Hot Point (ya la conocía de mi anterior visita al comienzo del Camino Podense) y hablar con ellos. No me aseguraban que lo podrían hacer, pero harían lo posible. Con la incertidumbre en el cuerpo, dediqué el resto del día a pasear por Ginebra.
Merece la pena dedicar un día a pasear por Ginebra, en la oficina de turismo se puede conseguir un mapa con un bonito recorrido por el centro histórico. Es posible subir a las torres de la Catedral de Saint Pierre (precio 4 CHF) para contemplar una bella panorámica del Lago Leman. Ginebra, y en general Suiza, es realmente caro, por lo que poco más se puede hacer que pasear.
Por la tarde el momento determinante de recoger la bicicleta, que gracias a dios, estaba reparada. Fueron muy amables conmigo y no creo que comprendieran el enorme favor que me hicieron. Desde aquí mi agradecimiento por el buen trato recibido que hizo posible el poder emprender el viaje.
Alojamiento: Youth Hostel Geneva. Media pensión 39,90 €. Ya lo conocía un viaje anterior. Bastante cerca del centro y posiblemente la opción más económica para alojarse (29 CHF/26,40 € -en dormitorio común con el desayuno incluido-), y cenar (15 CHF/13,50 €). Instalaciones modernas y funcionales, las habitaciones son amplias y cómodas. En el propio albergue es posible cambiar francos suizos (1 €=1,10 CHF). No sé si está disponible por toda la ciudad, pero en el jardín del albergue se capta una señal wifi gratuita de Ginebra.
Otros Alojamientos:
No hay comentarios:
Publicar un comentario