Una pequeña reseña sobre el retorno.
Pregunto en la estación de Ventimiglia para regresar en tren a Barcelona, pero no tienen horarios. Tendré que preguntar en Niza. El tren Ventimiglia-Nice Ville (6,40 €, 8:55-9:55) es un regional, sin problemas para llevar la bicicleta (dispone de un espacio específico y no es necesario desmontarla ni embalarla). Para consultar lineas y horarios Trenitalia.
En Niza (Francia) me informan que hay trenes Barcelona, Madrid y Valencia (para consultar líneas y horarios SNCF). La estación está hasta los topes (estamos a 16 de agosto) y después de esperar una larga cola me dicen que no hay plazas para hoy. Voy al mostrador de billetes para otros días y al final un chico muy amable me busca una opción para regresar el mismo día:
- Hoy en primera clase ya que no hay plazas en segunda. Niza-Marsella (13:29-15:57) y Marsella-Montpellier (16:15-17:41). En total 76,80 €.
- Después de pasar la noche en Montpellier para mañana. Montpellier-Port Bou (11:55-14:28) y Port Bou-Barcelona Sants (15:59-18:39). Sin reserva en total 37,70 €.
Sólo he sacado el billete hasta Barcelona ante la posibilidad de que Renfe no me deje viajar en largo recorrido. La bicicleta va como siempre, en la bolsa de transporte con las dos ruedas desmontadas. Hasta la salida del tren me da tiempo a darme una vuelta para conocer Niza.
La primera parte del viaje, hasta Montpellier, sin ningún problema. En primera se va de "vicio" y hay un espacio para equipajes donde pude meter la bici. La única incomodidad el cambio de tren en Marsella con el consiguiente porteo de los bultos (bici y alforjas) y encontrar la vía de salida. Encontré un pequeño hotel cerca de la estación de tren, el Hotel de Paris (alojamiento y desayuno 30 € y ducha 2 €).
La segunda, hasta Barcelona, ya fue otro cantar. Al no tener reserva, no tienes asiento asegurado. El tren que va a Port Bou va hasta arriba y me tocará ir durante un buen rato de pie en el descansillo de la puerta junto con más gente como si fuera en el metro en hora punta. Afortunadamente después de algunas paradas quedan sitios libres y puedo sentarme. El resto del recorrido viajaré cómodamente sentado en primera.
Al llegar a Port Bou hay que cambiar de tren y pasar la frontera. En mi viaje he pasado muchas veces las fronteras entre Eslovenia, Austria, Italia, Suiza y Francia, y nunca me han pedido la documentación. En Port Bou no solo me la piden sino que me paran para comprobarla con la central.
El trayecto en regional hasta Barcelona será el viaje a ninguna parte. Por problemas técnicos en la catenaria: una hora parados en Girona con cambio de tren incluido; y entrando en Barcelona, estaremos más de una hora parados y encerrados, cerca de provocarse un motín entre los pasajeros. La hora prevista de llegada era las 18:39 pero no estaremos en Barcelona hasta cerca de las 22:00.
Una vez en Barcelona nueva situación delicada, coger el tren para Madrid. La normativa de Renfe sobre bicicletas en larga distancia es bastante draconiana, no permitiendo su transporte salvo en trenes con plazas acostadas (litera y/o coche cama). Por si "cae la breva" saco el billete para el tren Estrella Barcelona Sants-Madrid Chamartín, sin que en taquilla me digan nada, y me dirijo a la vía.
Momento crítico. Esperando en la cola del control de acceso se dirige a mi el la persona encargada del acceso. Muy amablemente me dice que: como ya sabré, el transporte de bicicletas está prohibido en ese tren; al llevarla empaquetada podría considerarse como equipaje pero que las dimensiones exceden las permitidas (bulto mayor 70x50x25 normativa de Renfe sobre equipajes). Yo le contesto, lo más amable y servicial que puedo, que he cruzado media Europa en tren desde Italia y que hasta ahora no había tenido ningún problema. Finalmente, gracias a Dios, me permite viajar, indicándome en que vagón hay más espacio para poder meter la bici. No creo que sepa el bien que me hizo y nunca podré agradecérselo lo suficiente.
Después de dos días de viaje consigo llegar a Madrid a las 8:30. En una hora más estaré por fin en casa.
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