Por la Rioja Baja, al encuentro del Camino Francés en Logroño.
Fecha: 21/03/2012.
Dist.: 53,75 Km.; Asc.: 321 m.; T. Tot.: 5:53; T. Mov.: 4:08.
Alt. Max.: 462 m.; V. Med. Mov.: 12,5 Km/h; IBP.: 37BC.
H. Salida: 8:47; H. Llegada: 14:40.
Descripción.
Última etapa por la Rioja Baja recorriendo el Valle del Ebro, y última etapa del Camino Catalán-Camino del Ebro, ya que en Logroño nos unimos al Camino Francés.
Etapa cómoda, no demasiado larga (unos 55 kilómetros) y muy llana (acumula unos 320 m. de ascenso, concentrados en dos pequeños repechos), por pistas y caminos agrarios con buen firme y algún tramo de carretera local sin tráfico. Sólo tenemos un tramo muy incómodo de carretera nacional con mucho tráfico (la N-232 a su paso por Recajo ya llegando a Logroño). Los mayores problemas que podemos encontrar vendrán por motivos meteorológicos: viento de Cierzo siempre en contra, o el barro en caso de lluvia (arcilloso y muy pegajoso, que esta vez sí sufrí en mis propias carnes).
Pocos problemas de orientación al seguir caminos muy claros y estar bastante bien señalizado, como todo el Camino del Ebro, más aún a medida que nos acercamos a Logroño y el Camino Francés. Yo sólo tuve algunas pequeñas dudas en contadas ocasiones: cerca del Canal de Lodosa al acercarme a la AP-68 (señalización escasa en un cruce), cerca de la Ermita del Aradón (dos posibles itinerarios sin una señal clara), y en Varea a la entrada de Logroño (la nueva señalización sigue un itinerario distinto al descrito por la guía).
Como ayer, veremos en contadas ocasiones la señalización del Camino del Ebro GR 99, que circula próximo al río Ebro. Nosotros seguiremos en gran medida la vía férrea (la línea más recta) como referencia, al principio del día muy lejos, a medida que nos acercamos a Logroño, nos lo encontraremos en una ocasión (al coincidir con uno de los meandros cerca de Sartaguda), y después de la Ermita de Aradón, coincidiremos en muchos momentos con él.
Camino Catalán-Ebro 15. Calahorra-Logroño at EveryTrail
Última etapa por la Rioja Baja recorriendo el Valle del Ebro, y última etapa del Camino Catalán-Camino del Ebro, ya que en Logroño nos unimos al Camino Francés.
Etapa cómoda, no demasiado larga (unos 55 kilómetros) y muy llana (acumula unos 320 m. de ascenso, concentrados en dos pequeños repechos), por pistas y caminos agrarios con buen firme y algún tramo de carretera local sin tráfico. Sólo tenemos un tramo muy incómodo de carretera nacional con mucho tráfico (la N-232 a su paso por Recajo ya llegando a Logroño). Los mayores problemas que podemos encontrar vendrán por motivos meteorológicos: viento de Cierzo siempre en contra, o el barro en caso de lluvia (arcilloso y muy pegajoso, que esta vez sí sufrí en mis propias carnes).
Pocos problemas de orientación al seguir caminos muy claros y estar bastante bien señalizado, como todo el Camino del Ebro, más aún a medida que nos acercamos a Logroño y el Camino Francés. Yo sólo tuve algunas pequeñas dudas en contadas ocasiones: cerca del Canal de Lodosa al acercarme a la AP-68 (señalización escasa en un cruce), cerca de la Ermita del Aradón (dos posibles itinerarios sin una señal clara), y en Varea a la entrada de Logroño (la nueva señalización sigue un itinerario distinto al descrito por la guía).
Como ayer, veremos en contadas ocasiones la señalización del Camino del Ebro GR 99, que circula próximo al río Ebro. Nosotros seguiremos en gran medida la vía férrea (la línea más recta) como referencia, al principio del día muy lejos, a medida que nos acercamos a Logroño, nos lo encontraremos en una ocasión (al coincidir con uno de los meandros cerca de Sartaguda), y después de la Ermita de Aradón, coincidiremos en muchos momentos con él.
Camino Catalán-Ebro 15. Calahorra-Logroño at EveryTrail
Perfil.
Crónica.
Las temidas lluvias, que los partes meteorológicos llevaban vaticinando durante los últimos días, han hecho por fin su aparición. La buena noticia es que, también por fin amaina el viento, quién no se consuela es porque no quiere. Además de la incomodidad propia de la lluvia, más o menos soportable, el mayor problema será p el barro. Por fortuna en su mayor parte circulamos por pistas con firme muy compacto, aunque hay alguna zona más problemática. Yo encontré lo que llamo “trampa de barro” (lugares donde el barro pegajoso se adhiere a las ruedas haciendo imposible el pedaleo, obligándonos a desatascar los pegotes y poniendo en peligro la mecánica de la bicicleta, al meterse en la cadena y los cambios) en dos ocasiones: el tramo de pista-carril junto a la AP-68 y durante un par de kilómetros por la vega del Ebro a partir de la Ermita de Aradón.
Mañana lluviosa, la primera del viaje, que hace que descarte acercarme a El Humilladero (me lo pasé ayer al entrar en Calahorra). Tomo la Calle Mayor hasta la Plaza del Raso, centro neurálgico de Calahorra donde se encuentra la Iglesia de Santiago, y desde ahí por la Calle Grande llego al Paseo del Mercadal (espacio abierto que ocupaba el Circo romano, del que quedan algunos vestigios).
Ya callejeando por la parte nueva salimos de Calahorra por la carretera LR-482 en dirección a Murillo de Calahorra. No llegamos a la pequeña localidad, ya que después de cruzar la vía del tren, dejamos el asfalto por una pista que circula entre el Canal de Lodosa y las vías. Al acercarnos a uno de los meandros del río Ebro nos encontramos con la señalización del GR 99 Etapa San Adrián-Alcanadre cerca del Corral de la Barranca. Al otro lado de la AP-68 queda Pradejón, oculto tras El Cabezo.
Aquí bajo la lluvia me rencuentro con el peregrino tarraconés con quien dormí en Calahorra, despidiéndonos definitivamente. No mucho más tarde tenemos el primer cruce dudoso, cuando nos encontramos con el Canal de Lodosa. Tenemos que dejar el GR 99, que cruza el canal dirigiéndose junto al Ebro hacia Sartaguda, mientras que nosotros tomamos una pista-carril a la izquierda (no vi ninguna flecha amarilla hasta más tarde) que cruza la vía férrea y continúa paralela a la AP-68 (se inicia el primer “repecho” del día hasta el Cerro de Hornos, de 5,5 Km. y 100 m. de ascenso). Tras aproximadamente un kilómetro y medio encontramos un paso bajo la autopista que cruzamos para seguir por el otro lado hasta la carretera LR-123, junto a un peaje de entrada de la misma.
Hasta ahora sin muchas dificultades con el barro (el firme bien compactado de la pista no facilita su formación), me encuentro con uno de los tramos en los que sí será un grave problema, donde la pista se convierte en un carril poco utilizado que bordea un olivar. Aunque a primera vista parece que no, se ha formado una fina capa superficial de barro que se adhiere a las ruedas llegando a bloquearlas. Parte de ese barro pegajoso también pasa a la cadena y los cambios, haciendo que por momentos llegue a bloquearse también la transmisión, haciendo que mis peores temores se hagan realidad.
Bajo la lluvia, que por momentos se ha hecho más fuerte, me tengo que contentar con quitar como puedo el barro, y poder seguir avanzando a pie durante unos 800 metros hasta el puente sobre la AP-68. Ya sobre la bicicleta, tendré que subir los últimos metros del repecho hasta el Cerro de Hornos por el Camino del Hornillo sin poder meter el plato pequeño (al hacerlo la cadena se bloquea, llegando a casi a retorcer el desviador trasero). Superada la cuesta me dejo caer hasta Alcanadre, donde por fin me puedo proteger de la lluvia.
Completamente empapado hago una parada para tomarme un café en un bar, y así poder secarme un poco y entrar en calor, a la espera de que amaine un poco. También aprovecho para quitar el barro acumulado que tantos problemas me está dando con el cambio. Dejo el turismo (la iglesia de Santa María y un acueducto romano que unía Alcanadre con Lodosa) y visitar el albergue municipal de peregrinos para otra ocasión más favorable.
A la salida de Alcanadre dejamos momentáneamente la vega del Ebro (una posible variante puede ser continuar por el Sendero de Aradón hasta la Ermita del mismo nombre, donde retomaríamos el camino, y que coincide con el GR 99 Etapa Alcanadre-Agoncillo) para adentrarnos en una zona de pequeños cerros, siguiendo el antiguo Camino de Logroño. Al cruzar el río Madre, iniciamos el segundo “repecho” del día por la falda del Cerro Plana (3,5 Km. y 120 m. de ascenso, con una pendiente media del 4 %). Superado un pequeño collado nos asomamos al amplio Barranco Trashumo por donde transcurre la autopista AP-68, con las Peñas de Leza como telón de fondo ahora medio ocultas por las nubes.
Al iniciar el descenso abandonamos el antiguo Camino de Logroño, que poco después desaparece bajo el asfalto de la N-232, girando a la derecha para bajar por el Barranco del Plano hasta la vega del Ebro, a donde llegamos pasando por la Ermita de Aradón.
Junto al río Ebro, al pie de los Cortados de Aradón, y de nuevo bajo la lluvia intensa, vuelvo a tener mis dudas en un cruce. Dos posibilidades: cruzar las vías del tren siguiendo las marcas del GR 99 por el Soto del Fresno; o continuar por la pista paralela a las vía férrea, que es la más corta y por la que finalmente me decido. No sé cómo estará por el otro lado, pero por aquí me vuelvo a atascar en otra “trampa de barro”, que de nuevo me ocasiona dificultades con el cambio.
Poco más tarde, ambas alternativas se unen en un carril (Camino de Mendavia), que junto a la vía del tren, circula encajonado entre los Cortados de Aradón y el río Ebro en un paso realmente estrecho (en algunos momentos menos de 70 metros), en un tramo realmente bonito que desgraciadamente no puedo disfrutar debido a la lluvia.
Dejando atrás los cortados, de nuevo por campo abierto, pasamos junto a San Martín de Berberana (ocupa el lugar que encontraba la Mansio Berberania romana), y por el Camino de Arrúbal (el GR 99 da un rodeo un poco inútil junto al río) llegamos a Arrúbal, situado en un pequeño promontorio sobre el río. Nueva parada, esta vez en la marquesina del autobús (muy moderna cuenta con televisión), para quitarme “la mojadura” de encima y comer algo.
Tras descender de Arrúbal por un pequeño sendero, sólo 3,4 kilómetros por camino agrario con buen firme nos separan de Agoncillo, última localidad de importancia antes de llegar a la capital riojana. Ya un poco agobiado por la lluvia y con ganas de terminar, dejo sin visitar el imponente Castillo de Aguas Mansas, y continúo mi camino hacia Logroño, del que sólo me separan 15 kilómetros.
Siguiendo la señalización del GR 99 Etapa Agoncillo-Logroño salimos de Agoncillo por una pista asfaltada que nos lleva sin remedio hasta la nacional N-232, por la que cruzamos sobre el río Leza. Cerrado el paso junto al río Ebro por la presencia del Aeropuerto de Logroño-Agoncillo y una base militar de Agoncillo, nos vemos obligados a circular por el arcén de la nacional durante unos tres kilómetros, acompañados de un intenso tráfico. El Camino Natural evita en gran parte este incómodo tramo dando un considerable rodeo por el cerro Rabanera (de 6 kilómetros, añade 100 metros de desnivel acumulado e incluye rampas cercanas al 10 %). Con mejor tiempo lo hubiera intentado, pero lloviendo me decido por la carretera.
Unos 800 metros antes de llegar al siguiente enlace de entrada a Recajo, dejamos la carretera nacional siguiendo una carretera cortada que cruza las vías del tren (mucho cuidado cruzar ya que es un antiguo paso a nivel sin señalizar), continuando por la carretera de acceso a la base militar.
Recuperamos la señalización del GR 99, que nos servirá de referencia hasta la entrada a Logroño, tomando el Camino Viejo de Calahorra (pista ancha con buen firme) que circula paralelo al río Varea muy cerca de la vía férrea. Antes de volver a la nacional, giramos a la derecha por la Pasada del Chivero (pista asfaltada) que nos devuelve a la compañía del río Ebro junto a Varea.
Aunque antes la señalización entraba en Varea, ahora las flechas amarillas nos llevan cruzan el río Iregua por una pasarela (encontramos las marcas de la Ruta Ebro/Iregua), y entrar en Logroño tras cruzar bajo la Carretera de Circunvalación N-111 junto a la Universidad de La Rioja. Con buen tiempo podemos seguir el GR 99 Etapa Logroño-Cenicero, que continúa junto al río Ebro en un agradable paseo por el Parque de la Ribera, pero yo harto de lluvia y con muchas ganas de quitarme la humedad y el frío, sigo de frente por la Calle Madre de Dios hasta el Puente de Piedra, punto final del Camino Catalán-Camino del Ebro, ya que aquí se une al Camino Francés.
Toca buscar alojamiento, así que me dirijo al Albergue de Peregrinos Municipal, que encuentro cerrado (abren a las cuatro) por lo que decido aprovechar para comer en alguno de los restaurantes de la Calle Portales, dando por finalizado mi Camino de Santiago frente a la Concatedral de la Redonda. Comiendo coincido con otros dos peregrinos, casi la misma cantidad que me he encontrado en todo mi recorrido.
De vuelta al albergue, sufro una gran decepción. Nunca había dormido en este albergue (siempre he que he pasado lo he encontrado lleno), y esta vez, siendo temporada baja, pensé que podría hacerlo. Si no de forma hostil (un cartel ya nos avisa de que no se pueden meter bicis en el patio), sí con muy poca delicadeza por su parte, el hospitalero me dice que he de esperar hasta las 6, o que me vaya al siguiente albergue a unos 10 kilómetros. Acepto la normativa que da preferencia a los peregrinos andando, lo que no comprendo es la falta de tacto por su parte, más hoy con el tiempo tan malo.
Al final me marcho al otro albergue que hay en Logroño (el de la Iglesia de Santiago sólo lo abren en verano, y ya no facilitan el pabellón para dormir), el Puerta del Revellín, donde sí encuentro sitio y soy recibido con mucha amabilidad.
Alojamiento: Albergue de peregrinos Puerta del Revellín. 11,50 €. Albergue privado muy cuidado y muy bien atendido. Muy recomendable para ciclistas. Algunas ventajas frente al municipal: no tienen hora de entrada, aceptan bicis a cualquier hora (hay un sitio para guardarlas), instalaciones muy limpias y cuidadas (cambian las sabanas cada día) y cierran a las 22:00 (frente a las 21:30 del municipal). A lo largo de la tarde llegarán más peregrinos rebotados del municipal ya lleno (con la capacidad reducida al solo abrir una de las habitaciones) lo que sorprende a la hospitalera.
Acogida peregrina:
- Alcanadre: Albergue municipal.
- Arrubal: Acogida de emergencia.
- Logroño: Albergue municipal, Albergue parroquial de Santiago.
Otros alojamientos:
- Agoncillo: Hostal 1* El Molino, Hostal 1* El Sequero.
- Logroño: Pensión El Camino, Pensión Rey Pastor, Pensión Daniel, Pensión San Juan, Pensión Sebastián, Albergue Turístico La Playa, amplia oferta de alojamientos.
Las temidas lluvias, que los partes meteorológicos llevaban vaticinando durante los últimos días, han hecho por fin su aparición. La buena noticia es que, también por fin amaina el viento, quién no se consuela es porque no quiere. Además de la incomodidad propia de la lluvia, más o menos soportable, el mayor problema será p el barro. Por fortuna en su mayor parte circulamos por pistas con firme muy compacto, aunque hay alguna zona más problemática. Yo encontré lo que llamo “trampa de barro” (lugares donde el barro pegajoso se adhiere a las ruedas haciendo imposible el pedaleo, obligándonos a desatascar los pegotes y poniendo en peligro la mecánica de la bicicleta, al meterse en la cadena y los cambios) en dos ocasiones: el tramo de pista-carril junto a la AP-68 y durante un par de kilómetros por la vega del Ebro a partir de la Ermita de Aradón.
Albergue de peregrinos de Calahorra |
Mañana lluviosa, la primera del viaje, que hace que descarte acercarme a El Humilladero (me lo pasé ayer al entrar en Calahorra). Tomo la Calle Mayor hasta la Plaza del Raso, centro neurálgico de Calahorra donde se encuentra la Iglesia de Santiago, y desde ahí por la Calle Grande llego al Paseo del Mercadal (espacio abierto que ocupaba el Circo romano, del que quedan algunos vestigios).
Ya callejeando por la parte nueva salimos de Calahorra por la carretera LR-482 en dirección a Murillo de Calahorra. No llegamos a la pequeña localidad, ya que después de cruzar la vía del tren, dejamos el asfalto por una pista que circula entre el Canal de Lodosa y las vías. Al acercarnos a uno de los meandros del río Ebro nos encontramos con la señalización del GR 99 Etapa San Adrián-Alcanadre cerca del Corral de la Barranca. Al otro lado de la AP-68 queda Pradejón, oculto tras El Cabezo.
Olivares cerca de Murillo de Calahorra |
Aquí bajo la lluvia me rencuentro con el peregrino tarraconés con quien dormí en Calahorra, despidiéndonos definitivamente. No mucho más tarde tenemos el primer cruce dudoso, cuando nos encontramos con el Canal de Lodosa. Tenemos que dejar el GR 99, que cruza el canal dirigiéndose junto al Ebro hacia Sartaguda, mientras que nosotros tomamos una pista-carril a la izquierda (no vi ninguna flecha amarilla hasta más tarde) que cruza la vía férrea y continúa paralela a la AP-68 (se inicia el primer “repecho” del día hasta el Cerro de Hornos, de 5,5 Km. y 100 m. de ascenso). Tras aproximadamente un kilómetro y medio encontramos un paso bajo la autopista que cruzamos para seguir por el otro lado hasta la carretera LR-123, junto a un peaje de entrada de la misma.
Hasta ahora sin muchas dificultades con el barro (el firme bien compactado de la pista no facilita su formación), me encuentro con uno de los tramos en los que sí será un grave problema, donde la pista se convierte en un carril poco utilizado que bordea un olivar. Aunque a primera vista parece que no, se ha formado una fina capa superficial de barro que se adhiere a las ruedas llegando a bloquearlas. Parte de ese barro pegajoso también pasa a la cadena y los cambios, haciendo que por momentos llegue a bloquearse también la transmisión, haciendo que mis peores temores se hagan realidad.
Bajo la lluvia, que por momentos se ha hecho más fuerte, me tengo que contentar con quitar como puedo el barro, y poder seguir avanzando a pie durante unos 800 metros hasta el puente sobre la AP-68. Ya sobre la bicicleta, tendré que subir los últimos metros del repecho hasta el Cerro de Hornos por el Camino del Hornillo sin poder meter el plato pequeño (al hacerlo la cadena se bloquea, llegando a casi a retorcer el desviador trasero). Superada la cuesta me dejo caer hasta Alcanadre, donde por fin me puedo proteger de la lluvia.
Completamente empapado hago una parada para tomarme un café en un bar, y así poder secarme un poco y entrar en calor, a la espera de que amaine un poco. También aprovecho para quitar el barro acumulado que tantos problemas me está dando con el cambio. Dejo el turismo (la iglesia de Santa María y un acueducto romano que unía Alcanadre con Lodosa) y visitar el albergue municipal de peregrinos para otra ocasión más favorable.
Camino de Logroño saliendo de Alcanadre |
A la salida de Alcanadre dejamos momentáneamente la vega del Ebro (una posible variante puede ser continuar por el Sendero de Aradón hasta la Ermita del mismo nombre, donde retomaríamos el camino, y que coincide con el GR 99 Etapa Alcanadre-Agoncillo) para adentrarnos en una zona de pequeños cerros, siguiendo el antiguo Camino de Logroño. Al cruzar el río Madre, iniciamos el segundo “repecho” del día por la falda del Cerro Plana (3,5 Km. y 120 m. de ascenso, con una pendiente media del 4 %). Superado un pequeño collado nos asomamos al amplio Barranco Trashumo por donde transcurre la autopista AP-68, con las Peñas de Leza como telón de fondo ahora medio ocultas por las nubes.
AP-68 por el Barranco Trashumo |
Al iniciar el descenso abandonamos el antiguo Camino de Logroño, que poco después desaparece bajo el asfalto de la N-232, girando a la derecha para bajar por el Barranco del Plano hasta la vega del Ebro, a donde llegamos pasando por la Ermita de Aradón.
Ermita de Aradón |
Junto al río Ebro, al pie de los Cortados de Aradón, y de nuevo bajo la lluvia intensa, vuelvo a tener mis dudas en un cruce. Dos posibilidades: cruzar las vías del tren siguiendo las marcas del GR 99 por el Soto del Fresno; o continuar por la pista paralela a las vía férrea, que es la más corta y por la que finalmente me decido. No sé cómo estará por el otro lado, pero por aquí me vuelvo a atascar en otra “trampa de barro”, que de nuevo me ocasiona dificultades con el cambio.
Poco más tarde, ambas alternativas se unen en un carril (Camino de Mendavia), que junto a la vía del tren, circula encajonado entre los Cortados de Aradón y el río Ebro en un paso realmente estrecho (en algunos momentos menos de 70 metros), en un tramo realmente bonito que desgraciadamente no puedo disfrutar debido a la lluvia.
Dejando atrás los cortados, de nuevo por campo abierto, pasamos junto a San Martín de Berberana (ocupa el lugar que encontraba la Mansio Berberania romana), y por el Camino de Arrúbal (el GR 99 da un rodeo un poco inútil junto al río) llegamos a Arrúbal, situado en un pequeño promontorio sobre el río. Nueva parada, esta vez en la marquesina del autobús (muy moderna cuenta con televisión), para quitarme “la mojadura” de encima y comer algo.
Señalización en Arrúbal |
Tras descender de Arrúbal por un pequeño sendero, sólo 3,4 kilómetros por camino agrario con buen firme nos separan de Agoncillo, última localidad de importancia antes de llegar a la capital riojana. Ya un poco agobiado por la lluvia y con ganas de terminar, dejo sin visitar el imponente Castillo de Aguas Mansas, y continúo mi camino hacia Logroño, del que sólo me separan 15 kilómetros.
Castillo de Aguas Mansas. Agoncillo |
Siguiendo la señalización del GR 99 Etapa Agoncillo-Logroño salimos de Agoncillo por una pista asfaltada que nos lleva sin remedio hasta la nacional N-232, por la que cruzamos sobre el río Leza. Cerrado el paso junto al río Ebro por la presencia del Aeropuerto de Logroño-Agoncillo y una base militar de Agoncillo, nos vemos obligados a circular por el arcén de la nacional durante unos tres kilómetros, acompañados de un intenso tráfico. El Camino Natural evita en gran parte este incómodo tramo dando un considerable rodeo por el cerro Rabanera (de 6 kilómetros, añade 100 metros de desnivel acumulado e incluye rampas cercanas al 10 %). Con mejor tiempo lo hubiera intentado, pero lloviendo me decido por la carretera.
Unos 800 metros antes de llegar al siguiente enlace de entrada a Recajo, dejamos la carretera nacional siguiendo una carretera cortada que cruza las vías del tren (mucho cuidado cruzar ya que es un antiguo paso a nivel sin señalizar), continuando por la carretera de acceso a la base militar.
Recuperamos la señalización del GR 99, que nos servirá de referencia hasta la entrada a Logroño, tomando el Camino Viejo de Calahorra (pista ancha con buen firme) que circula paralelo al río Varea muy cerca de la vía férrea. Antes de volver a la nacional, giramos a la derecha por la Pasada del Chivero (pista asfaltada) que nos devuelve a la compañía del río Ebro junto a Varea.
Aunque antes la señalización entraba en Varea, ahora las flechas amarillas nos llevan cruzan el río Iregua por una pasarela (encontramos las marcas de la Ruta Ebro/Iregua), y entrar en Logroño tras cruzar bajo la Carretera de Circunvalación N-111 junto a la Universidad de La Rioja. Con buen tiempo podemos seguir el GR 99 Etapa Logroño-Cenicero, que continúa junto al río Ebro en un agradable paseo por el Parque de la Ribera, pero yo harto de lluvia y con muchas ganas de quitarme la humedad y el frío, sigo de frente por la Calle Madre de Dios hasta el Puente de Piedra, punto final del Camino Catalán-Camino del Ebro, ya que aquí se une al Camino Francés.
Puenete de Piedra. Logroño |
Toca buscar alojamiento, así que me dirijo al Albergue de Peregrinos Municipal, que encuentro cerrado (abren a las cuatro) por lo que decido aprovechar para comer en alguno de los restaurantes de la Calle Portales, dando por finalizado mi Camino de Santiago frente a la Concatedral de la Redonda. Comiendo coincido con otros dos peregrinos, casi la misma cantidad que me he encontrado en todo mi recorrido.
De vuelta al albergue, sufro una gran decepción. Nunca había dormido en este albergue (siempre he que he pasado lo he encontrado lleno), y esta vez, siendo temporada baja, pensé que podría hacerlo. Si no de forma hostil (un cartel ya nos avisa de que no se pueden meter bicis en el patio), sí con muy poca delicadeza por su parte, el hospitalero me dice que he de esperar hasta las 6, o que me vaya al siguiente albergue a unos 10 kilómetros. Acepto la normativa que da preferencia a los peregrinos andando, lo que no comprendo es la falta de tacto por su parte, más hoy con el tiempo tan malo.
Al final me marcho al otro albergue que hay en Logroño (el de la Iglesia de Santiago sólo lo abren en verano, y ya no facilitan el pabellón para dormir), el Puerta del Revellín, donde sí encuentro sitio y soy recibido con mucha amabilidad.
Catedral de La Redonda. Logroño |
Alojamiento: Albergue de peregrinos Puerta del Revellín. 11,50 €. Albergue privado muy cuidado y muy bien atendido. Muy recomendable para ciclistas. Algunas ventajas frente al municipal: no tienen hora de entrada, aceptan bicis a cualquier hora (hay un sitio para guardarlas), instalaciones muy limpias y cuidadas (cambian las sabanas cada día) y cierran a las 22:00 (frente a las 21:30 del municipal). A lo largo de la tarde llegarán más peregrinos rebotados del municipal ya lleno (con la capacidad reducida al solo abrir una de las habitaciones) lo que sorprende a la hospitalera.
Acogida peregrina:
- Alcanadre: Albergue municipal.
- Arrubal: Acogida de emergencia.
- Logroño: Albergue municipal, Albergue parroquial de Santiago.
Otros alojamientos:
- Agoncillo: Hostal 1* El Molino, Hostal 1* El Sequero.
- Logroño: Pensión El Camino, Pensión Rey Pastor, Pensión Daniel, Pensión San Juan, Pensión Sebastián, Albergue Turístico La Playa, amplia oferta de alojamientos.
Hace ya casi dos años empecé con eso del cicloturismo pero abriendo mi propio camino. Mi aventura se llama Bicycle Routes 305 - Decubriendo la Florida y se ha convertido en el único blog en españos sobre el "Sunshine State" en cuanto a historia, fotografía, paisajes, animales salvajes, playas... Y sin ser una agencia turística!
ResponderEliminarPuedes visitarme y dejarme algún comentario con tus impresiones!
www.bicycleroutes305.com
Realmente tienes una web magnífica. Enhorabuena.
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